Pieza realizada en primera persona durante el confinamiento debido a la Pandemia del Covid-19. La creación refleja el estado alterado del tiempo, la contradicción de un tiempo relentizado y parado, que a la vez parece que se nos escapa. Por otro lado, la imposibilidad de movimiento físico y el anhelo de libertad contrapuestos con la libertad de disponer de un espacio no físico, casi ilimitado, para poner la atención en el propio cuerpo. Una video-danza realizada desde un subterráneo que se relaciona con el resto de la ciudad a base de movimientos que reivindican y conectan con la realidad dentro de y fuera. Todo esto bajo la canción de «People Faces» de Kate Tempest.