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El proyecto europeo Open Doors, liderado en Cataluña por @fundaciosurt y la @UniversitatdeGirona, ha elaborado 4 cápsulas de vídeo con algunos ejemplos de buenas prácticas a la hora de atender a las personas #LGTBI en los entornos sanitarios. Algunas de las situaciones se basan en casos reales de profesionales de atención primaria, recogidos en un artículo de la publicación Actualización en Medicina de Familia, así como en experiencias de personas conocidas. Estos ejemplos han sido guionizados por Cámaras y Acción.

Si bien muchas personas están haciendo un cambio de mirada y de práctica en los entornos sanitarios, el proyecto #OpenDoors identifica que todavía queda mucho por recorrer. Mayoritariamente, la cisheteronormatividad es el marco desde el que parte el modelo de salud dentro del sistema sanitario, de modo que en muchas prácticas clínicas se reproduce esta lógica excluyente. Con estos vídeos, se busca visibilizar la diversidad y ofrecer pautas muy sencillas de cómo, pequeños cambios en la práctica médica, pueden tener efectos muy significativos a nivel social.

Además de la guía para profesionales de la salud, el proyecto ha impulsado acciones formativas a personal sanitario, apoyado por las expertas y activistas @teopardo_ i Laura Vila Kremer. Los vídeos complementan el trabajo de sensibilización y formación, ya que muestran cómo se podría realizar un acercamiento inclusivo en consulta médica.

El conocimiento sanitario que se distribuye en escuelas y medios de comunicación es cisheteronormativo y patriarcal y, por tanto, no tiene en cuenta a las mujeres ni a las personas que se salen de la cisheteronorma. Actualmente existe una carencia de información y de concienciación en salud sexual para mujeres cis que mantienen relaciones sexuales con otras mujeres cis. Enfermedades como el virus del papiloma humano (VPH), la vaginosis bacteriana, el VIH y la tricomoniasis se contagian mediante relaciones sexuales si no se toman las medidas de precaución adecuadas.

Por otra parte, es fundamental que en las consultas ginecológicas se deje de presuponer la heterosexualidad de las pacientes y que se implanten protocolos encaminados a erradicar la estigmatización.

 

Las personas trans padecen dificultades para acceder a tratamientos de salud. A menudo son atendidas por profesionales sanitarios que desconocen el protocolo o que presentan una actitud discriminatoria que puede resultar en un diagnóstico incorrecto o en el rechazo por parte de la persona trans a buscar auxilio profesional cuando es necesario.

También enfrentan problemas para recibir tratamientos endocrinológicos y de salud reproductiva, así como violencia obstétrica y sexual. Es necesario contar con personal sensibilizado para crear un espacio seguro, así como promover y facilitar el acceso a tratamientos hormonales y controles endocrinológicos, ginecológicos y mamarios.

A pesar de tratarse de un tema a menudo tabú, los métodos sexuales no convencionales son comunes y practicados por gran parte de la sociedad. Estas prácticas van más allá de las orientaciones binarias, de las limitaciones de partes del cuerpo que podemos considerar sexuales y del “coitcentrismo”.

Siempre que se trate de una práctica sana, segura y consentida, el personal sanitario tiene la responsabilidad de entender la sexualidad como un abanico amplio y libre para ofrecer información que posibilite una buena experiencia sin juzgar a la persona paciente.